Cuatro preguntas que te tienes que hacer antes de tomar una decisión importante

11 de junio del 2019 | en:  Mi vida imperfecta, Sé tu propio eje, Suelta el miedo

Lee el artículo

Todas tenemos cosas que nos mueven, que nos llaman, que nos interesan, que nos generan curiosidad. Algunas cosas nos mueven más que otras, algunas cosas nos llaman con más intensidad.

Algunas ocupan un gran porcentaje de nuestros pensamientos o nos hacen soñar despiertas; otras solamente nos generan una cierta curiosidad que, aunque no nos llame con una intensidad enorme, queremos satisfacer.

¿Qué tal si me corto el pelo chiquito, con ese corte que me gusta, aunque siempre haya tenido el pelo largo? ¿O qué tal si me lo pinto de verde? 

¿Qué tal si me meto a clases de canto, no para volverme artista, ni nada, solo por diversión? ¿Y si me uno a ese grupo de alpinismo aunque no sea una experta? ¿Qué pasa si me inscribo en esa clase de encaje de bolillo aunque tenga 18 años, o a una de danza aérea aunque tenga 60?

¿Y si ahorro un tiempo para irme de viaje sola, a ese lugar que quiero conocer y que a nadie de mi familia se le antoja? ¿Y si por fin termino de escribir la novela que tengo en el cajón?

Todas tenemos cosas que nos mueven, ya sea grandes o pequeñas. Ya sean sueños aparentemente triviales como pintarnos el pelo de verde, o realmente trascendentales como cambiar nuestra vida completamente.

Lo que no siempre hacemos es seguir esas curiosidades, perseguir esos sueños. Así sin que tenga que conocerte ni conocer qué cosas te están llamando, me atrevería a decir que lo que te detiene es una de dos preguntas:

“¿Cómo me voy a ver / qué van a pensar de mí?” o “¿qué tal si no lo logro / no soy lo suficientemente buena?”

Esas dos preguntas son las que me detienen a mí también. Le he ido perdiendo miedo a intentar las cosas conforme he ido aprendiendo a creer cada vez más en mí, conforme me he dado cuenta que sí puedo hacerlo y siempre he podido, o que, cuando no puedo, también está bien, peo de todos modos da miedo.

Animarte a dar el primer paso siempre cuesta trabajo, pero hay herramientas que puedes usar para facilitarte el trabajo. 

Así como usamos una pala para facilitarnos cavar un hoyo en la tierra, o un software para facilitarnos calcular un presupuesto, también existen herramientas para ayudarnos a tomar una decisión que nos asusta. En esta ocasión, la caja de herramientas contiene cuatro preguntas.

1. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

 

La mayoría de las veces te darás cuenta de que lo peor que puede pasar no es tan malo como tu miedo te quiere hacer creer, o que hay soluciones posibles incluso para el escenario más catastrófico.

Como soy una persona a quien se le facilita imaginar escenarios catastróficos, me sirve hacerme la pregunta varias veces, así:

-¿Qué es lo peor que puede pasar?

-“X”

-¿Y qué es lo peor que puede pasar si sucede “X”?

-“Y”

-“¿Y qué es lo peor que puede pasar si sucede “Y”?

Y así sucesivamente.

Tampoco hay que repetir demasiadas veces la primera pregunta, porque la segunda es:

2. ¿Qué es lo mejor que puede pasar?

 

Así es, no todo son escenarios negativos. Hay una razón por la que quieres hacer el cambio que estás pensando, ¿o no? Hay una razón por la que te mueve ese camino en particular.

Quizás me quiero cortar el pelo porque mi sueño es verme igual de guapísima que Emma Watson con el pelo cortito, o que me den una beca y me vaya increíble en la maestría de mis sueños.

¡También es importante recordar cuál es el mejor escenario! ¡Eso es lo que te está motivando! La mayoría de las veces la realidad sucede en un punto intermedio de los extremos que imaginamos, pero si nos enfocamos en el mejor escenario, trabajaremos para que suceda.

3. ¿Estoy preparada para enfrentar las consecuencias (del peor escenario)

 

Las cosas no siempre suceden como las planeamos. Perseguir un sueño siempre es un riesgo (algunas veces más que otras).

Lo peor que puede pasar si me corto el pelo es que no me guste cómo me veo y tenga que esperar a que me crezca. Pero, como decía Sabrina la bruja adolescente, “el cabello crece”.

Por otro lado, las consecuencias de renunciar a un trabajo, por ejemplo, pueden ser mucho mayores, por eso es importante preguntarte si estás prepara para afrontarlas.

Es importante señalar que se vale no estar preparada. O no todavía. Todo tiene su tiempo, quizás este no es el momento adecuado para dar el paso, pero más adelante, sí.

4. ¿Estoy dispuesta a asumir el compromiso (que implica el mejor escenario)?

 

No por arruinarte tu escenario ideal, pero sea cual sea, va a necesitar de trabajo y compromiso. Primero para alcanzarlo y después para mantenerlo.

Verme igual de guapísima que Emma Watson con el pelo cortito, por ejemplo, va a requerir el compromiso de despertarme con tiempo para peinarme. (Como me choca peinarme, francamente no sé si estoy dispuesta a asumir ese compromiso).

Ir a una maestría requiere el compromiso de prepararse para aplicar, hacer los exámenes y el papeleo necesario. Una vez en la maestría habrá que estudiar mucho, hacer tareas, más exámenes ¡y una tesis!

Antes de lanzarte a algo, lo que sea, es importante estar consciente de que así como puede tener consecuencias en un escenario negativo, implica compromiso en un escenario positivo.

También se vale no querer asumir el compromiso. O no por el momento. 

Así es que ya sabes, la próxima vez que quieras tomar una decisión que el miedo o la duda te esté dificultando tomar, hazte esas cuatro preguntas: ¿qué es lo peor que puede pasar?,¿qué es lo mejor que puede pasar?, ¿estoy preparada para enfrentar las consecuencias?, ¿estoy dispuesta a asumir el compromiso?

Como te decía, todo tiene su tiempo. Es posible que este no sea el momento adecuado y, si ese es el caso, es completamente válido. Sin embargo, si después de hacer la reflexión te das cuenta de que sí estás lista para dar el paso… ¿qué te está deteniendo?

¡Compárteme en los comentarios!

Con todo el cariño del mundo,

Comparte en:

¿Te gustó este artículo y quieres leer más? ¡Suscríbete a La Comunidad para recibir mi mensaje semanal, desbloquear artículos exclusivos y ayudarme a seguir escribiendo!

¡Únete aquí!
Comentarios:
  1. Magüicha Martínez dice:

    Me
    Encantó el artículo y tienes razón yo en muchas ocasiones le doy vueltas y vueltas a cuestiones tan simples que considero desgasto mucho energía en ellos.

    1. Mariana López González dice:

      ¡Qué bueno que te gustó el artículo! Espero que las cuatro preguntas te sirvan para esas situaciones cuando le das vueltas a las cosas.

Deja un comentario

*Los campos requeridos se marcan con asterisco. Tu mail no se mostrará en los comentarios.